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Finanzas éticas: economía y personas

Xavier Teis
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La cuestión central es que las entidades financieras apliquen la ética en sus estrategias de inversión, con el fin de aportar un valor añadido a la sociedad y que el ciudadano comprenda que sus decisiones financieras influyen en el desarrollo del modelo económico y de sociedad.

 

La teoría económica clásica y posteriormente la neoclásica, teoría dominante en la actualidad, nos cuenta que el mercado nos llevará, por sí solo, al equilibrio y al óptimo económico como resultado de una pugna entre la oferta y la demanda. Los consumidores maximizarían su utilidad o satisfacción personal en el consumo de bienes y servicios tomando decisiones racionales e individuales, y el productor trazaría una función de producción que le permitiría conocer la cantidad adecuada que debería producir para cada precio dado, y que esta cantidad le permitiría maximizar sus beneficios. Estas dos actitudes se encontrarían en un punto de equilibrio que sería el óptimo económico y, en consecuencia, la situación más eficiente posible. La teoría nos explica que, gracias a las fuerzas que actúan en el mercado y a la labor de “la mano invisible” que nos explicó Adam Smith, el mercado produciría la cantidad óptima al precio óptimo, siendo esto lo mejor para el conjunto de la sociedad. El libre mercado sería capaz de armonizar y asignar de forma óptima los recursos y, en consecuencia, capaz de maximizar el bienestar de todos los agentes participantes.

 

Pero creo que es bastante evidente que esto no es así. El libre mercado ha revelado otras consecuencias que no se explicaban en este sencillo y poderoso enunciado. Este modelo económico ha estimulado la competencia y la innovación y ha permitido un desarrollo y crecimiento económico y material sin precedentes en la historia de la humanidad, pero solo para algunos. Se ha mostrado profundamente injusto…

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