Argentina comenzó su proceso liberalizador tras perder la confianza en Raúl Alfonsín. Carlos Menem asumió el poder y empezó el llamado Plan de Convertibilidad. Se pensó que la mejor solución era que empresas extranjeras inyectaran capitales. Es cierto que algunos capitales argentinos en el exterior regresaron a Argentina, pero la gran inversión se llevó a efecto desde otros países. El Plan de Convertibilidad superó situaciones como el ?efecto tequila?. La cuestión ahora es diagnosticar qué sucederá en el escenario internacional después de la crisis asiática.