POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 203

Ilustración de David de las Heras.

Europa sin Merkel

Cuatro coaliciones, 16 años de gobierno y tres grandes crisis (euro, refugiados y pandemia) apuntalan el misterio Merkel, la líder mundial que mayor confianza genera entre los ciudadanos a nivel global.
Carta a los lectores: Áurea Moltó
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El 26 de septiembre Alemania celebra elecciones federales y dice adiós a Angela Merkel. Cuatro coaliciones, 16 años de gobierno y tres grandes crisis (euro, refugiados y pandemia) apuntalan el misterio Merkel, la líder mundial que mayor confianza genera entre los ciudadanos a nivel global, según un estudio de Pew Research. Lo misterioso de la canciller reside tanto en su forma de ejercer la política como en la dificultad de valorar su legado. Entender lo primero requiere la aproximación piscológica a una mujer procedente de Alemania oriental, capaz de fulminar a una generación de grandes hombres de la política alemana y presidir la Unión Cristiano Demócrata, apenas 10 años después de la reunificación. Todo ello con una aparente falta de ego y un discurso alejado del idealismo y las grandes visiones. Como contrapartida, Merkel ha ofrecido grandes dosis de pragmatismo, fiabilidad y autoridad, en su país y fuera.

Valorar su legado exterior requerirá más tiempo, pero no vamos a servirnos de la perspectiva para eludir una reflexión sobre las decisiones e indecisiones de Merkel. Es difícil argumentar sobre lo que pudo ser y no fue, sin embargo sobre Merkel caen ya incluso reproches por su resistencia a trasladar a Europa parte del enorme poder de Alemania y, de paso, situar a su país en un nuevo tiempo geopolítico. En definitiva, ¿ha estado Merkel a la altura de las circunstancias?

Centrada en la mitigación de daños y guiada por su sentido del interés alemán, el europeísmo de Merkel ha evolucionado al alza; de la intransigencia en la crisis del euro (2010-12), a la acogida de refugiados (2015) y el impulso durante la pandemia (2020), con la creación del fondo de recuperación y la emisión de deuda europea. Nada de esto, sin embargo, despeja la sospecha de que Merkel no acaba de ver la UE como actor en un mundo de competición acelerada entre potencias.

¿Cuándo comenzó esta nueva gran competición? En POLÍTICA EXTERIOR creemos que fue hace 20 años, con los atentados del 11 de septiembre, la invasión de Afganistán y la posterior guerra de Irak. En las páginas siguientes explicamos las consecuencias catastróficas de todo ello. ●