La incertidumbre se ha convertido en la única certeza de hogares y empresas en Europa. El miedo a una gran recesión consecuencia del corte del gas ruso atenaza la demanda interna. Además, la pérdida de poder adquisitivo de hogares y empresas como consecuencia de la factura energética complica más la situación. En medio de este mar de dudas, surgen sin embargo algunas certezas que generan cierta calma.
La mayor amenaza para la economía europea es un corte total de gas por parte de Rusia. Los movimientos de las últimas semanas, con el cierre del Nord Stream 1 incluido, han aumentado el temor a que el Kremlin decida dejar al continente sin suministro este invierno. Con lo que no contaba Moscú era con la autodisciplina impuesta por Europa y el éxito en la búsqueda de suministro alternativo. Incluso en el peor de los casos, Europa tiene asegurado que pasará el invierno…