Los fondos soberanos del CCG, y los asiáticos, se han convertido en factores cada vez más importantes en el desarrollo económico en los mercados emergentes. Tras las revueltas árabes, cambiaron su estrategia de inversión en la región, centrándose en las economías locales, con lo que desde 2011 ha aumentado un 10%. A pesar de los proyectos en infraestructuras en Egipto, Jordania, Túnez y Marruecos, solo algunos cumplen los requisitos de los fondos soberanos del CCG.
Los fondos soberanos son algunas de las instituciones de inversión pública más importantes, conocidas por realizar inversiones a más largo plazo y por tener una mayor tolerancia al riesgo en comparación con otros medios de inversión pública.
Además, en general, se considera que los fondos soberanos, a diferencia de otras entidades de inversión pública, no tienen obligaciones específicas. La procedencia de los activos de propiedad estatal, que gestionan estos fondos, varía. Una de sus principales fuentes de financiación es el superávit en los ingresos por la exportación de materias primas. Algunos miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), como Kuwait y Emiratos Árabes Unidos (EAU), fueron de los primeros países del mundo ricos en petróleo en crear un fondo soberano. A lo largo de las seis últimas décadas, los países exportadores de petróleo del CCG han tenido una impresionante trayectoria de éxitos en la gestión de los fondos soberanos a nivel mundial.
Aunque los gobiernos no deben responder por su balance general, los fondos del CCG se crean para servir los objetivos de los Estados y persiguen cumplir uno, o una combinación, de los siguientes objetivos:
– Estabilizar los ingresos del gobierno mediante la protección y la estabilización de la economía frente a la volatilidad de las rentas o de las exportaciones.
– Funcionar como un fondo para las futuras generaciones mediante el incremento…