En este artículo se pretende demostrar que no es estrictamente necesario levantar la moratoria nuclear para atender las necesidades de potencia eléctrica hasta el año 2000, sino que existe una alternativa razonable desde el punto de vista económico y técnico que no contempla nuevos grupos nucleares.
En segundo lugar, se señala que, a pesar de mantenerse la moratoria nuclear, España seguirá siendo uno de los diez países más nuclearizados del mundo, tanto a nivel absoluto como relativo, con lo que no se perderá el actual nivel de know-how y dominio de esta tecnología.
En tercer lugar, se pretende demostrar que para cubrir el incremento de energía de base necesaria hasta el año 2000, la opción nuclear no es la más económica, ya que, en las condiciones presentes, el coste del kWh producido en nuevas centrales térmicas que consumen carbón de importación es más barato que el kWh producido en centrales nucleares de segunda y tercera generación.
No obstante, estas afirmaciones no deben ser entendidas como un ataque radical a la generación nuclear, a pesar de que la década de los ochenta ha sido de horas bajas para la energía nuclear y la de los 90 aparentemente no será mejor, ya que la diversidad de fuentes de abastecimiento energético ha de ser, y de hecho es, uno de los principios básicos de la política energética de cualquier país, y más en España donde el grado de autoabastecimiento energético es muy reducido desde cualquier punto de vista.
Y es que la situación en cuanto a precios y costes energéticos en general y dentro del sector eléctrico en particular, puede cambiar con relativa rapidez, por lo que una energía hoy más barata que otra, puede no serlo mañana.
Pero es que, además, el coste no es ni debe ser, el principal condicionante de…