Las élites árabes proturcas consideran que la gestión del AKP demuestra su capacidad de adaptarse
al ejército y a las corrientes laicas.
Aunque vaya unida a una crisis en las relaciones con Israel, la expansión turca en la región árabe es, sobre todo, económica.
En enero de 2011, se perfilaba la promesa de una conquista comercial con el anuncio de la constitución de una zona de libre comercio entre Turquía, Jordania, Siria y Líbano.
La popularidad del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, no deja de aumentar en la región árabe desde que el 29 de enero de 2009 se marchó de una reunión de la Cumbre de Davos para protestar contra la interrupción de su respuesta a un alegato de Simon Peres a favor de la operación “Plomo fundido” que había causado cientos de muertos civiles en Gaza. A esta salida le siguieron otras, de las cuales la más llamativa fue, el 2 de septiembre de 2011, la paralización de la cooperación militar turco-israelí y la expulsión de Ankara del embajador israelí como respuesta a la negativa del Estado hebreo a disculparse por el ataque de la Flotilla de la Libertad en el que murieron, el 31 de mayo de 2010, nueve ciudadanos turcos…