Se acerca la sucesión de Boris Yeltsin al frente de Rusia, mientras que el país parece haber fracasado en su eterno desafío histórico de aproximarse a las formas políticas de Occidente. Es necesario recordar su historia de los últimos siglos para valorar en su adecuado contexto la incertidumbre con la que la sociedad rusa afronta el nuevo siglo y los próximos procesos electorales.