POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 221

Cumbre de los Brics. (Johannesburgo, 22 al 24 de agosto de 2023). GETTY

En lo que Occidente se equivoca sobre el resto

Brasil, China e India compiten por liderar los países en desarrollo. Occidente debe tener en cuenta que las dinámicas específicas dentro y entre las naciones de África, Asia y América Latina determinarán su futuro político más que su identidad como grupo.
Comfort Ero
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No hace tanto, los responsables políticos de Washington y otras capitales occidentales apenas pensaban en la posibilidad de que el resto del mundo pudiera tener opiniones distintas a las suyas. Había algunas excepciones: los gobiernos que Occidente consideraba “buenos socios” –es decir, aquellos dispuestos a promover los intereses económicos o de seguridad de Estados Unidos y Occidente– seguían beneficiándose del apoyo occidental, aunque no gobernaran de acuerdo con los valores occidentales. Pero una vez finalizada la Guerra Fría, la mayoría de los responsables políticos occidentales parecían esperar que los países en desarrollo adoptaran con el tiempo el enfoque occidental de la democracia y la globalización. Pocos dirigentes occidentales parecían preocuparse de que los Estados no occidentales se opusieran a sus normas o percibieran la distribución internacional del poder como un vestigio injusto del pasado colonial. Los líderes que expresaban estas opiniones, como el venezolano Hugo Chávez, eran tachados de excéntricos y se consideraba que sus ideas estaban desfasadas.

Hoy, por el contrario, en muchos debates políticos occidentales se da por sentado que existe un Sur Global con una perspectiva propia y diferenciada. La expresión se ha convertido en una clave casi inevitable; mis colegas y yo misma la utilizamos en el International Crisis Group, la organización que dirijo. Y, de hecho, líderes no occidentales como Narendra Modi, de India, y Mia Mottley, de Barbados, han empezado a articular las prioridades de un Sur Global colectivo –aunque todavía bastante amorfo– en cuestiones como la financiación de la lucha contra el cambio climático y el papel de las instituciones internacionales. Decepcionados por la negativa de muchos países en desarrollo a tomar medidas serias para sancionar a Rusia por su agresión a Ucrania, funcionarios estadounidenses y europeos han empezado a prestar atención, de boquilla, a las preocupaciones de este grupo de Estados….

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