El ‘emprendimiento 2.0’ ha adquirido un gran impulso. Las administraciones públicas deben crear estructuras de gobernanza transparentes y fomentar la confianza en su población. Pero más allá de aspectos políticos, económicos, tecnológicos y jurídicos, la clave para alcanzar las metas de la economía digital está en la educación.
Permítanme que les cuente primero el final de la historia: ellos ganan. ¿Quiénes son ellos? Ellos son los empresarios, los inversores en empresas en fase semilla y en fase inicial, los organismos de desarrollo económico, los jóvenes y los que tienen estudios, la clase media y todos los demás. Y como ya conocen el final del relato, ¿para qué seguir leyendo? Deberían seguir leyendo porque voy a explicarles qué les ha permitido ser ganadores, les contaré qué han hecho y cómo lo han hecho. Todo empieza a finales de la década de los noventa, en 1998 para ser exactos.
Año 1998: si solo hablas árabe, no puedes enviar un mensaje electrónico. Si vives en el norte de África, tu primera opción lingüística para leer y escribir en Internet es el francés.
Año 1998: se inaugura en Argelia el primer cibercafé; en total, en la región del Norte de África y Oriente Medio (MENA) solo hay 53 cibercafés con Internet.
Año 2016: entre el 30% y el 40% de la población árabe está conectada a Internet, principalmente a través del móvil.
Año 2016: de los 1.100 millones de habitantes del continente africano, 350 millones disponen de acceso a Internet.
Lo que estas cifras nos cuentan es la primera razón por la que ellos han tenido éxito. En menos de 10 años, el “emprendimiento 2.0” ha adquirido suficiente impulso como para animar a gobiernos, organismos y políticos a centrarse en invertir en infraestructura para proporcionar un crecimiento sostenible a las personas. Las cifras empezaron…