POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 148

Elecciones en el Golfo: resistir la ‘primavera árabe’

Luciano Zaccara
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Apertura moderada, redistribución de ingresos y represión ha sido la fórmula de las petromonarquías para evitar el ‘contagio’ de las protestas árabes. Con una baja participación y sin apenas partidos políticos, las elecciones confirman el inmovilismo en el Golfo.

 

Desde el comienzo de la “primavera árabe” se han celebrado 17 procesos electorales en los países de la Liga de Estados Árabes. Los más relevantes, por sus implicaciones para España y en el área mediterránea, han sido los de Túnez y, sobre todo, Egipto y Marruecos. Las menos tratadas por la prensa han sido las seis citas electorales de las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), pese a la amplia cobertura de la revuelta en Bahréin o el protagonismo regional de Qatar y Arabia Saudí desde que estallaron las protestas en el mundo árabe.

 

Tomados en conjunto, los seis países del CCG han pasado por la ola de protestas sin ver peligrar su estabilidad interna –excepto Bahréin– mediante la aplicación de medidas aperturistas, redistributivas y represivas. Bahréin ha sido el que mayor represión ha utilizado frente a las revueltas, contando incluso con apoyo de otros socios del CCG como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos (EAU). En el lado opuesto, Omán y, en menor medida, EAU han priorizado un tímido aperturismo, materializado en un ejercicio electoral con luces y sombras. En Qatar y EAU es donde menos se han sentido las protestas, aunque es difícil concluir que la redistribución de ingresos ha evitado las graves manifestaciones que sí tuvieron lugar en Bahréin, Arabia Saudí y Omán. Por otro lado, Arabia Saudí y Qatar –y en menor medida Emiratos– han sobreexplotado su papel regional en la crisis a través de la intervención directa o indirecta en los escenarios de Libia, Siria, Egipto, Yemen y Bahréin, como prueba de…

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