El pleno anual de la Asamblea Popular Nacional, el Parlamento chino, que abrió sus sesiones, como todos los años, el 5 de marzo, adoptó el XIII Plan Quinquenal (2016-20). El profesor Hu Angang, de la Universidad de Tsinghua (“el MIT chino”, del que el actual número uno, Xi Jinping, entre otras muchas personalidades políticas, es exalumno), considera que el proceso de investigación y consulta propio de los planes quinquenales chinos es el más ambicioso del mundo. Se trata del principal ejercicio de democracia deliberativa que precede a la adopción de las principales leyes chinas. Dos años después de la puesta en marcha de un plan quinquenal empieza a elaborarse el siguiente. Se redactan sucesivos borradores, sometidos a nuevas rondas de consultas y debates, con el objetivo de armonizar los diversos intereses en acuerdos aceptables para todos.

Una de las críticas que China hace a la democracia liberal occidental, una forma de democracia representativa, es que una vez los ciudadanos han votado, se ven marginados del proceso legislativo que plasma las principales decisiones del poder. China pretende superar este defecto introduciendo en dicho proceso a gran diversidad de instituciones (políticas, económicas, académicas) y al público. El Plan Quinquenal, una de las decisiones políticas mas importantes que se adoptan de forma periódica, es un gran escaparate de este mecanismo.

Li Junru, uno de los principales ideólogos chinos, expresidente de la Escuela Central del Partido, el más influyente de los think tanks chinos (que preside el propio “delfín”, una vez designado, cinco años antes de convertirse en secretario general del PCCh y presidente de la república), y uno de los padres de la “doctrina de las tres representaciones” (base teórica para la admisión de los empresarios capitalistas en el PCCh), sostiene que unos de los rasgos de la “democracia con características chinas es…