POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 104

El viaje de Bush a la UE

Editorial
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Han sido dos meses, enero y febrero 2005, de creciente tensión. Nos centramos sólo en dos acontecimientos. A escala española, el resultado del referéndum para la aprobación del Tratado Constitucional Europeo. A escala más amplia, el viaje de Bush a Europa: Bruselas, Maguncia, Bratislava.

El Partido Socialista Obrero Español pedía el “sí” en el referéndum. Mariano Rajoy, líder actual del Partido Popular, pedía también el “sí”. Quizá una parte de los militantes populares votaron “no”; de otro modo no se entiende el alto número de votos negativos. Con todo, el “sí” ganó por 76,73 por cien, frente al 17,24 por cien de los noes. Rodríguez Zapatero y su círculo cercano temían que la participación no llegara al 35 por cien; creían que un 33,33 por cien pondría en dificultad grave al gobierno. El resultado final arrojó una participación del 42,3 por cien, superior a lo esperado.

Ahora el referéndum, pese a la gran abstención, aparece en los periódicos, radios y televisiones europeas (citamos por orden de influencia en este caso) como un éxito. Los españoles han votado a favor de la Constitución europea por más de cuatro votos a uno. Ésta es la cifra que se impone, por encima de la abstención. Quizá los más radicales antieuropeos hayan acudido así, sin proponérselo, en auxilio del poder. Los votos de Izquierda Unida, del abertzalismo vasco y del abertzalismo catalán no han sido demasiado significativos. El apoyo del PNV de un lado, añadido al débil respaldo de Convergència i Unió, ayudó a obtener los votos necesarios en esas dos regiones clave, Cataluña y País Vasco. Resulta curioso el entusiasmo proeuropeo –subsidios agrarios aparte– de andaluces y extremeños, dos regiones en las que el voto afirmativo superó el 80 por cien de los votos expresados.

El viaje del presidente de Estados Unidos a…

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