Toda mención de la política y de seguridad trae casi automáticamente asociada la idea de control de armamentos y desarme. En nada se ha fijado tanta atención ni se han cifrado estos últimos años tantas esperanzas y temores como en el control de armamentos. Pero el control de armamentos no puede por sí mismo conducirnos hasta la paz y la libertad, no puede operar con independencia de otros elementos de la política de seguridad.