Los periodistas encargados de trasladar a sus audiencias, con el máximo de objetividad, la actualidad de Oriente Próximo y el Magreb deben lidiar con un desafío mayor: la enorme complejidad y diversidad de sus sociedades y pueblos. Un reto al que deben añadirse otros no menos significativos. Por una parte, los problemas de falta de libertad de expresión y los obstáculos en el acceso a la información en muchos países. Y, por otra, los cambios que están sufriendo los medios de comunicación, especialmente la prensa escrita, a causa de la crisis de su modelo de negocio y de la irrupción de los nuevos medios en Internet.