La guerra entre Israel y las milicias de Hezbolá es un paso más del plan del gobierno israelí para la región. La crisis, además, ha puesto en evidencia que la «desconexión» de Gaza, llevada a cabo durante el verano de 2005, no ha resuelto los problemas de la mísera y superpoblada franja palestina, que se encuentra más que nunca en una situación próxima a la anarquía.