Dos décadas después de la moratoria, la energía nuclear revive. Y no porque se hayan desvanecido los temores, sino por necesidad. Las centrales existentes están cerca del cierre y las renovables aún no se han mostrado capaces de sustituir a los combustibles fósiles.
Ya no hay quien lo niegue: la energía nuclear, expulsada hace dos décadas de los planes energéticos en casi todo el mundo, está de vuelta. No de vuelta en el sentido de que se haya ido, que no lo ha hecho –ha estado generando electricidad de forma eficiente, a buen precio y en un alto porcentaje del mix energético en decenas de países, entre ellos España–, sino que vuelve a ser contemplada por los gobiernos como una opción más entre las distintas formas de producir energía eléctrica de cara al futuro. Algo impensable hace cinco o seis años.
Decenas de países de todo el mundo -incluso los que impusieron moratorias en los años ochenta y noventa- se disponen a reactivar sus programas de electricidad de origen nuclear con la construcción de nuevas centrales. El club, ya integrado por 31 miembros, repartidos por Europa occidental (nueve), Europa del Este (10), América (cinco), Asia (seis) y África (uno), con 436 reactores que producen el 16 por cien de la energía eléctrica consumida en el mundo, construye estos días nada menos que 48 nuevos reactores. Las unidades en construcción estarán básicamente en China (13), Rusia (ocho), India (seis) y Corea del Sur (cinco). La UE, donde 15 de sus 27 miembros tienen centrales nucleares, añadirá otros seis a su lista. Pero esto no es todo: a julio de 2009 había unos 200 reactores más programados, cuya construcción se iniciará en breve.
Francia, que obtiene el 76,18 por cien de su electricidad a partir de sus 59 reactores (es el segundo…