Aunque cada vez se suman más países a los protocolos internacionales de defensa del medio ambiente y se redactan más planes de sostenibilidad, la crisis ambiental se profundiza. Debemos trascender un sistema que antepone el beneficio económico a la sostenibilidad de la vida.
En definitiva, aunque cada vez se suman más países a los protocolos internacionales de defensa del medio ambiente y se redactan más planes de sostenibilidad, la realidad es que la crisis ambiental no para de profundizarse. Nos encontramos ante una situación sin precedentes para el ser humano: habitar un mundo donde se agotan los recursos y se saturan los sumideros. Debemos cambiar radicalmente nuestra forma de relacionarnos con el entorno, y trascender un sistema que antepone el beneficio económico a la sostenibilidad de la vida.