Como vía de salida de los recursos energéticos de Oriente Próximo y las repúblicas de Asia central y el Cáucaso, la adhesión turca plantea a la Unión Europea un nuevo enfoque geoestratégico. Ankara, fiel y activo miembro de la OTAN, viene desarrollando una intensa actividad político-diplomática desde los Balcanes a Asia central.