Para entender adecuadamente las campañas de desinformación procedentes de Rusia resulta esencial recordar cómo funcionaban las actividades de inteligencia de la Unión Soviética, que dividían tales acciones en las denominadas “medidas pasivas”, destinadas principalmente a la obtención y recopilación de información, y “medidas activas”, dirigidas a ejercer influencia útil en los aspectos de interés de la vida política de un país objetivo, de su política exterior o la participación, en su propio beneficio, en la resolución de problemas internacionales; y, cuando se consideraba necesario, engañando al adversario, socavando o debilitando sus posiciones o interrumpiendo sus presuntos planes hostiles para el logro de otros objetivos.
El descubrimiento de estas técnicas, tácticas y procedimientos soviéticos se debió en buena parte a las revelaciones de Vasily Mitrokhin, exagente del KGB que, en 1992, decidió abandonar el servicio de inteligencia ruso y unirse al MI6 británico, haciéndose patente que, entre las medidas activas, se encontraba la desinformación, a la que ya se definió entonces como “una forma de trabajo de inteligencia dentro del campo de las medidas activas, que consiste en la canalización secreta hacia un adversario de información falsa, materiales especialmente preparados y documentos fabricados diseñados para engañarlo e incitarlo a tomar decisiones y medidas que encajen en los planes e intenciones del servicio de inteligencia”.
Los medios de comunicación rusos como agentes de la desinformación
Uno de los pilares de la desinformación proveniente de Rusia son aquellos medios de comunicación financiados y dirigidos directamente por el Estado, en concreto, RT, la anterior Russia Today y Sputnik News; medios que nunca han negado su vinculación con el Kremlin.
Efectivamente, RT y Sputnik son en la actualidad los principales medios de comunicación oficiales de Rusia especializados en generar contenidos para públicos extranjeros (ciudadanos no ruso parlantes). Por ejemplo, RT es titular de…