Casi dos tercios de la población en edad de trabajar está desempleada, inactiva o trabaja sin contrato. Solo una de cada cuatro mujeres está en el mercado laboral.
El sector público, tradicionalmente fuente de empleo de graduados, se ha visto reducido y el sector
privado crea pocos puestos para jóvenes preparados.
Mejorar la formación profesional implica acercar el mundo de la educación al del trabajo y atender las necesidades de las pymes.
Los cuatro países del norte de África –Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto– están en la cima del boom demográfico que ha hecho del empleo juvenil el desafío clave desde principios de los años 2000. Con un tercio de su población por debajo de los 15 años, hasta 48 millones de jóvenes (26 millones de ellos en Egipto) se unirán al mercado de trabajo a mediados de la próxima década. El incremento de la población joven ejerce una presión considerable en el mercado laboral y en el sistema educativo, y en última instancia en la estabilidad global de la región y sus vecinos. Sin embargo, la tasa de participación de la mano de obra en la zona es la más baja en el mundo: casi dos tercios de la población en edad de trabajar está desempleada, inactiva o trabaja sin contrato. Solo una de cada cuatro mujeres está en el mercado laboral. Las tasas de empleo son similares en toda la región, oscilando entre el 40% y el 50%…