La región del norte de África y Oriente Medio, con poco más del 5% de la población mundial, concentra el 35% de las importaciones de cereales. El elevado coste del transporte interior es responsable del incremento de la factura cerealista del 21% en Egipto y del 40% en Jordania. El Mediterráneo debería garantizar las importaciones y optimizar la logística del sector. Este es un campo de cooperación mutuamente beneficioso entre las dos orillas.
La exploración de la ruta que siguen los cereales en el Mediterráneo permite atravesar el tiempo y observar las dinámicas económicas en una región con un pasado milenario en el que el grano siempre ha sido uno de los motores de la historia de las sociedades, las potencias y el comercio. También permite recorrer unos caminos complejos en los que una multitud de actores, de oficios y de infraestructuras se combinan para formar un sector de los cereales cuya importancia estratégica se basa en unos elementos al mismo tiempo demográficos, geográficos, agronómicos, alimentarios, logísticos y financieros.
La enorme dependencia de los cereales en la región mediterránea
La cuenca mediterránea constituye uno de los epicentros cerealistas del planeta. Los países ribereños siguen siendo unos consumidores muy importantes, y algunos, como Francia, son productores de primer nivel. Sobre todo, la región del Norte de África y de Oriente Medio, que solo representa un poco más del 5% de la población mundial, pero concentra cada año el 35% de las importaciones mundiales de cereales y el 30% de las de trigo. La escasez de agua y de tierras, junto con los caprichos interanuales e interestacionales del clima, constituyen limitaciones importantes en estos países. La probable disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas van a incrementar las tensiones que influirán en las perspectivas de desarrollo de la…