En Europa, igual que en Estados Unidos, la carga de las pensiones públicas es ya tan alta como para poder llegar a ralentizar el crecimiento económico. La solución es sustituir el tradicional sistema de seguridad social por una orden para todo el sector de hacer una mezcla entre depósitos y bonos. No sólo los mayores estarían a salvo, sino que aquéllos que pertenecen a las capas más bajas de la población tendrían la posibilidad de llegar a tener ahorros personales.