Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) constituyen un caso único, en el que los ingresos procedentes del petróleo y el gas han permitido un proceso de desarrollo acelerado en todos los aspectos de la vida. Estos países se han convertido en un foco de intensa actividad geopolítica, militar, económica, industrial, constructora, turística y otras actividades humanas. No cabe duda de que el motor principal de la transformación de la región han sido las actividades relacionadas con el petróleo. Las economías de los países del CCG están impulsadas principalmente por el sector del petróleo y el gas, que representa entre un 25% y un 56% de su PIB. Sin embargo, la escala de la producción y el uso de petróleo y gas genera graves problemas medioambientales. La principal preocupación se refiere a los vertidos de petróleo y otras descargas en tierra y mar desde los grandes petroleros, las refinerías de petróleo, las centrales de distribución y la industria petroquímica, con el consiguiente impacto sobre los recursos naturales, lo que incluye la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire.