Como en el cuento de Andersen, El traje nuevo del emperador, nadie quería reconocer que Enron era un artificio, un ejemplo de la locura propiciada por el ambiente de la nueva economía.
Como en el cuento de Andersen, El traje nuevo del emperador, nadie quería reconocer que Enron era un artificio, un ejemplo de la locura propiciada por el ambiente de la nueva economía.