Los debates sobre la competitividad han enfrentado a aquellos países que tienen políticas industriales, como Japón, frente a aquellos países que siguen más el ?laissez-faire?, como EE UU. Pero la principal diferencia es la confianza de la gente. El capital social no es necesario para el crecimiento, pero su ausencia tienta a los gobiernos a intervenir en la economía y la competitividad.