El descenso de las exportaciones hacia los países asiáticos, su principal destino en 1997, ha sido el efecto inmediato de la crisis. La autora analiza las medidas de política económica puestas en marcha por el gobierno chileno en coordinación con el Banco Central, con objeto de limitar las repercusiones sobre el crecimiento y la estabilidad de los precios internos. También se expone la nueva orientación de las relaciones económicas de Chile, en las que la UE y especialmente España son los mayores socios comerciales e inversores.