El empate en las presidenciales de EE UU entre George W. Bush y Al Gore no es una casualidad: es el resultado de una determinada forma de hacer política, también confirmada por la intervención del Tribunal Supremo.
El empate en las presidenciales de EE UU entre George W. Bush y Al Gore no es una casualidad: es el resultado de una determinada forma de hacer política, también confirmada por la intervención del Tribunal Supremo.