Mejorar los recursos y las competencias de la diplomacia como instrumentos de la acción exterior es el eje del departamento de Estado dirigido por Hillary Clinton. La reforma incluye más presupuesto, una nueva estructura administrativa y una moderna gestión del personal.
Diplomacia en Acción” es el nuevo lema del departamento de Estado desde la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos. Dicho lema refleja una voluntad declarada por incrementar la importancia de la diplomacia como instrumento en la acción exterior tras varios años en los que ha predominado el recurso a la opción militar. La insistencia de los principales miembros del gobierno estadounidense en un mayor equilibrio entre los tres ejes principales de la acción exterior (defensa, diplomacia y desarrollo) supone un cambio de actitud y de estrategia frente a lo que se ha llamado la “militarización de la diplomacia”.
Si se confirmase este cambio de rumbo, la diplomacia y la ayuda al desarrollo mejorarían su posición frente al uso de la defensa, extendida más allá de sus posibilidades en las misiones en Irak y Afganistán. Destaca, también, la ausencia en los discursos de la diplomacia económica o comercial, quizá porque este ámbito se encuentra dominado por la inmediatez de la crisis y porque algunos de los grandes desafíos estratégicos a los que se enfrenta EE UU (Irak, Afganistán, Irán, Al Qaeda o el conflicto de Oriente Próximo) no tienen una solución predominantemente económica. Para plasmar esta visión, el nuevo equipo de gobierno estadounidense se ha esforzado, desde los primeros meses de gobierno, en conseguir un incremento de los recursos y aumentar visiblemente el papel de la diplomacia en su acción exterior.
Obama ha hecho hincapié, tanto en sus discursos durante la campaña electoral como en los realizados tras su toma de posesión, en la necesidad de…