La mayoría de los grandes grupos económicos actuales procede de la ola de ‘marroquinización’
o incluso antes, con estructuras rentistas. Sólo los sectores financiero y de las tecnologías han
sido un nicho para los inversores: nuevos grupos han emergido y han crecido rápidamente. Marruecos necesita capital y, además de una disciplina de mercado, un buen uso de los recursos.
Para ello son necesarias nuevas condiciones.