En 10 años Haití podría quedarse sin agua dulce. La capa freática está secándose. La deforestación ha sido brutal. Al otro lado del mundo, el gobierno de Laos anuncia la construcción de una gran presa que critican los ecologistas. El Mekong es la principal fuente de vida de los ribereños.
Dos historias separadas con el agua como protagonista. Cooperación en el uso de las aguas de un gran río del sureste asiático. El agua como gran enemiga de una isla del Caribe americano: huracanes, lluvias torrenciales, devastación.
El río Mekong es una oportunidad, todo un reto para la cooperación. Pero sus aguas fluviales abundantes tienen muy pobre aprovechamiento. Todavía no se han conseguido logros importantes pese a las buenas relaciones de vecindad entre los ribereños, que han prevalecido sobre los egoísmos de autosuficiencia. A principios de noviembre de 2012 ha sonado, sin embargo, una señal de alarma. El gobierno de Laos da luz verde a un proyecto de varios miles de millones de dólares para construir una gran presa en el noroeste del país. La ceremonia inaugural del pantano de Xayaburi se celebró el miércoles 7 de noviembre. ¿Se romperá la tranquilidad de los regantes o, por el contrario, la presa será un incentivo para una utilización más intensiva del Mekong?
Los países ribereños meridionales –Tailandia, Camboya y Vietnam– han levantado algunas protestas a la vez que ecologistas e ictiólogos no ocultan sus críticas. La presa perturbará gravemente los nidos donde varias especies piscícolas depositan sus huevos; riesgo de extinción para algunas de ellas que durante siglos han constituido la principal fuente de proteínas…