La larga guerra entre Irán e Irak ha desorganizado los sumunistros de crudo del golfo Pérsico, pero sin llegar a originar una nueva ?crisis del petróleo?. La situación de los mercados contribuyó a evitar problemas de escasez a los consumidores porque el mundo del petróleo no se endureció ni hubo acaparamiento o compras alocadas, como sucedió en la secuela de la revolución iraní.