POLÍTICA EXTERIOR cumple doce años. Lo celebra con un nuevo diseño y algunos cambios en sus contenidos. Sin modificar el formato, hemos creído que la revista debía responder a las nuevas exigencias de nuestros lectores.
La presión de la vida contemporánea reduce, aun en los mejores lectores, el tiempo para la reflexión y la lectura. Por otra parte, cada vez es más inabarcable el volumen de información, cada vez es más necesaria la selección de fuentes, si se quiere hallar un sentido a la complejidad del mundo. Todo ello requiere un enorme esfuerzo de síntesis y una política editorial que permita facilitar a nuestros lectores –de manera accesible y atractiva– información y análisis originales sobre lo genuinamente relevante de la escena internacional y lo que de verdad afecta a los intereses españoles.
La información, todavía más que la economía o la política, es global. España, país que participa de manera activa, y se beneficia, de la mundialización de la economía, no siempre parece mostrar gran interés por lo que sucede más allá de sus fronteras. Quizá se trate de un mal hábito adquirido en los años de aislamiento, 1936-75. POLÍTICA EXTERIOR ha asumido como obligación romper esa inercia y alertar a nuestros lectores sobre hechos que, aparentemente ajenos a su vida cotidiana, les afectan directa o indirectamente.
No podemos tratar la información como lo hace la prensa o la televisión. Nos hemos impuesto desde nuestra fundación la tarea de buscar enfoques no convencionales y proporcionar un valor añadido con comentarios perspicaces y mayor profundidad en el análisis. Seguiremos así porque creemos que lo que hacemos es necesario.
En una época en la que los acontecimientos políticos, económicos y culturales están cada vez más relacionados, los medios nacionales tienden a orientarse hacia lo trivial. Nuestra labor consiste no sólo en informar…