POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 129

Diseñar una estrategia europea para Afganistán

Daniel Korsky
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Reforzar el ejército, adiestrar y equipar a la policía, asesorar en una posible descentralización del poder y en las negociaciones con la insurgencia y emprender una diplomacia activa en la región son algunas de las áreas clave para una verdadera estrategia europea en Afganistán.

Estados Unidos sigue siendo el país que más soldados tiene desplegados en Afganistán, entre 10.000 y 12.000 efectivos en la Operación Libertad Duradera, y 29.820 en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés) bajo mando de la OTAN. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un silencioso aumento de la presencia militar europea en Afganistán. La ISAF ha pasado de 32.800 tropas en noviembre de 2006 a 61.960 en marzo de 2009, y muchas de las nuevas fuerzas provienen de países europeos. Durante este periodo, el número de soldados europeos en Afganistán se ha incrementado en más de un 50 por cien (de 17.433 a 26.389).

De los 25 países europeos que forman parte de la ISAF, 18 han aumentado el número de tropas desde finales de 2006. Alemania ha enviado, 1.000 soldados más, hasta un total de 3.640 (el número más elevado de tropas de combate alemanas desplegadas fuera de sus fronteras desde la Segunda Guerra mundial). De hecho, la UE es ahora responsable del 43 por cien de las fuerzas de la ISAF.

En el sur de Afganistán, donde la lucha contra los talibanes es más intensa, a los soldados canadienses, holandeses y británicos se les ha unido una pequeña coalición de voluntarios, entre los que están Dinamarca, Estonia y Rumania. Dinamarca ha incrementado su presencia militar hasta llegar a unas 700 tropas, a pesar de tener la tasa de víctimas per cápita más alta de los países de la ISAF. Italia y Francia han…

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