El 5 de octubre de 1995, Juan Pablo II se dirigía por segunda vez a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Por el calado de su discurso, en el que pide a la ONU que se convierta en ?un centro moral para todas las naciones del mundo?, se le ha comparado con el pronunciado por Pablo VI ante la Asamblea General en 1965, en plena guerra fría.