¿Cuánto ha aumentado el gasto militar en Latinoamérica? ¿Puede hablarse de una carrera armamentista? La percepción de nuevas amenazas, unos equipos obsoletos y una mayor participación en operaciones internacionales explican unas cifras de gasto aún moderadas.

Al analizar asuntos de seguridad y defensa en América Latina hay que considerar las tendencias dominantes en el escenario político, estratégico y geopolítico. En la actualidad, la región se caracteriza por ser una zona de cambios e incertidumbres, con particularidades que tienen efectos en los asuntos de seguridad. La primera de ellas se vincula al marco internacional, donde la posguerra fría, la emergencia de la globalización, el fracaso de la doctrina Bush, la crisis económica, el deterioro en la imagen de los poderosos del mundo, la vitalidad de China, el acceso al poder de Barack Obama y la esperanza de recuperar la confianza en un mundo que ve señales de reactivación, no despejan las incertidumbres. Por el contrario, parece confirmarse la idea de que en el mundo no existe un actor todopoderoso y menos una política única para gobernar.

Durante la última década han surgido en América Latina tendencias divergentes y contrapuestas. Ya no se producen por la ideología que inspira a los gobiernos, ahora se deben a la diferente manera en que ciertos Estados visualizan el mundo, entienden la democracia y se adhieren o rechazan el modelo de libre mercado. En esta perspectiva la vieja alianza regional, marcada por las afinidades partidarias de quienes gobernaban, ha tendido a unir según la cercanía o lejanía respecto a una visión de la realidad, la adhesión a la democracia, la posición respecto a Estados Unidos, etcétera. También influye la confianza o desconfianza hacia los organismos multilaterales existentes como la Organización de Estados Americanos (OEA). Finalmente, marca las amistades o rivalidades, la adhesión al nacionalismo autárquico o…