Ha llamado la atención en todo el mundo el hecho de que Benedicto XVI haya considerado necesario citar en su discurso en la Universidad de Ratisbona, el 12 de septiembre, una frase del diálogo entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo y un creyente persa, que ha tenido una inusitada repercusión, sobre todo en el islam. Para calmar la ira desencadenada en el mundo islámico por una cita removida de su contexto, el Papa insistió posteriormente que el contenido del discurso era el contrario de la cita del emperador.