En los últimos años se han dado cambios en el patrón de interdependencia de la economía española, que se refieren a la importancia de los principales socios comerciales, el origen y destino de las inversiones directas y la interrelación con nuevos países emergentes.
La idea de interdependencia económica internacional considerada en este artículo no es la que se deriva de la interacción macroeconómica de los países en el creciente proceso de globalización de las economías, sino una interdependencia de naturaleza estructural como la indicada por John Maynard Keynes, en Consecuencias económicas de la paz, al referirse a la interdependencia económica construida por Alemania. Keynes señalaba que la estadística de la interdependencia económica de Alemania [antes de la Primera Guerra mundial] era abrumadora. “Alemania era el mejor cliente [importador] de Rusia, Noruega, Bélgica, Suiza, Italia y Austria-Hungría; era el segundo cliente de Gran Bretaña, Suecia y Dinamarca, y el tercero de Francia. Era la mayor fuente de aprovisionamiento [exportador] de Rusia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Suiza, Italia, Austria-Hungría, Rumanía y Bulgaria, y la segunda de Gran Bretaña, Bélgica y Francia. En cuanto a Inglaterra, exportábamos más a Alemania que a ningún otro país del mundo, excepto India, y le comprábamos más que a ningún país del mundo, salvo Estados Unidos. No había país europeo, excepto los del occidente de Alemania, que no hiciera con ella más de la cuarta parte de su comercio total, y en cuanto a Rusia, Austria-Hungría y Holanda, la proporción era mucho mayor. [Asimismo] Alemania no solo [se interrelacionaba] con estos países mediante el comercio, sino que a algunos de ellos les proporcionaba una gran parte del capital que necesitaban para su propio desarrollo.” Cabría, por tanto, referirse a la existencia de un tipo de interdependencia económica internacional de un país a partir de la identificación…