La importancia del debate en torno al modelo de reclutamiento radica en que el servicio militar implica, necesariamente, que hombres y en algunos países también mujeres jóvenes, dediquen un período tan significativo como son los primeros años de su madurez a servir al ejército. En algunos países, el servicio militar es obligatorio; en otros, está integrado por voluntarios que desean hacer del ejército su profesión o que simplemente, ven en él una forma de iniciar su vida adulta. Pero es importante señalar que, en cualquier caso, es el Estado el que impone las condiciones para la realización del servicio militar, tanto si éste es obligatorio como si es voluntario; de ahí la necesidad de establecer algunos puntos de referencia fundamentales en relación a la autoridad y la responsabilidad del Gobierno.
Para empezar, debo puntualizar que voy a tratar de la transición del servicio militar obligatorio al voluntario bajo un Gobierno democrático, que es el que existe tanto en España como en EE.UU. Aunque hay diferentes tipos de democracia, para el desarrollo de esta cuestión nos basaremos en un principio común a todos ellos: que el Gobierno es un reflejo de la voluntad del electorado. Esto no significa que sea un simple eco o una marioneta; al contrario, el Gobierno tiene la responsabilidad fundamental de informar y de dirigir, tarea que reviste una especial importancia en lo que a cuestiones de defensa se refiere. En otras palabras, el Gobierno debe comprender y explicar los motivos por los que las Fuerzas Armadas son necesarias para la defensa del país y, además, debe hacerlo de manera que los ciudadanos asuman y apoyen la idea de que mantener un ejército es una forma de salvaguardar su modo de vida.
En este sentido, las Fuerzas Armadas no son más que la expresión de la voluntad…