Europa no se puede construir sin una defensa, pero Estados Unidos desconfía de una Europa que pueda llegar a defenderse por sí sola. Es preciso que, en el seno de la Alianza Atlántica, Europa fortalezca su capacidad de defensa, igualándose a Estados Unidos. Aunque muchos europeos consideran incuestionable que los norteamericanos les defenderán en todas las circunstancias, nada les autoriza a pensar así.