POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 144

¿Década perdida? La política europea de España 2002-11

Ignacio Molina
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España vivía su europeización plena en 2002 con la entrada del euro. Desde entonces, tanto el gobierno del PP como el del PSOE han ensayado líneas de actuación exterior propias al margen de la UE. Es momento de elaborar una nueva estrategia europea.

La madrugada del 1 de enero de 2002, en la resaca de Año Nuevo, cuando los españoles pagaban sus primeros taxis y cafés con euros, el viejo sueño de Ortega y Gasset parecía hacerse realidad. Si España había sido durante buena parte de su historia un problema en sí misma, aquel día formaba parte como nunca de la solución europea. No solo circulaba en los bolsillos de sus ciudadanos la nueva moneda común –justo al mismo tiempo que en los seis admirados Estados que habían fundado las Comunidades Europeas durante la noche del franquismo– sino que también ese mismo día España asumía por tercera vez la presidencia de la UE, mientras un compatriota dirigía la incipiente política exterior de los entonces 15 Estados miembros.

Más aún, por encima de esas circunstancias simbólicas, el país atravesaba un envidiable momento histórico. Su democracia estaba consolidada y era un modelo para cualquier régimen en transición, su economía crecía a altas tasas e incluso el proyecto nacional y de vertebración territorial, pese a las eternas tensiones de la compleja relación centro-periferia, apuntaban a la concordia y la cohesión social. La autoconfianza ciudadana era alta y se superaba, seguramente con un exceso de complacencia que luego ha pasado factura, el viejo fatalismo de pensar que había una especie de condena al atraso socioeconómico o incluso al fracaso como nación. Si el PIB español convergía ya con la media económica de la Unión Europea, los indicadores macroeconómicos eran mejores que los de Alemania (que incumplía entonces el Pacto de Estabilidad) y el país…

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