POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 119

De Deng Xiaoping a Hu Jintao. Treinta años de reformas en China

Fernando Delage
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Han tenido que pasar 25 años para que el mundo cambie su manera de pensar sobre China. A pesar del elevado crecimiento de su economía desde la puesta en marcha de las reformas en diciembre de 1978, no ha sido hasta principios del siglo XXI cuando nos hemos dado cuenta de que el gigante asiático “está ahí”. Parecía como si su revolución económica afectara sólo a su evolución interna, sin tener mayores implicaciones para el exterior. Sin embargo, su éxito deriva precisamente de la apertura a la economía mundial. La globalización es la clave del crecimiento chino que, a su vez, ha transformado la relación entre China y el sistema internacional. Todos nos hemos vuelto más dependientes de la República Popular, en un grado que sólo recientemente hemos empezado a asimilar.

La adhesión de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC) a finales de 2001 ha tenido un efecto acelerador, simultáneo a la decisión de sus dirigentes –en el terreno político– de actuar con “mentalidad de gran potencia”. El proactivismo diplomático chino es otra novedad que completa el recién adquirido estatus de la República Popular como tercera economía del planeta. Cómo reaccionar al impacto de este gigante sobre el equilibrio económico y geopolítico global es hoy una de las ocupaciones centrales de los gobiernos de medio mundo.

También de España, que ha podido en poco tiempo construir una privilegiada relación política con Pekín. El marco de “asociación estratégica” establecido en 2005 es un útil instrumento que debería completarse con un mayor esfuerzo de nuestras empresas en el mercado chino. Mientras, la sociedad española en general se interesa cada vez más por la historia, la cultura y la transformación reciente de China, como revela la rápida aparición en el mercado editorial de libros sobre este país. Más importante aún es…

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