El cumplimiento de la Comisión Europea con sus ciudadanos

En sus escasas 200 páginas El cumplimiento de la Comisión Europea con sus ciudadanos es capaz de mostrar una versatilidad sorprendente. Se concibe como un informe, no obstante, podría considerarse, igualmente, un diccionario; un curso acelerado sobre la Unión Europea o, incluso, una proclama, un manifiesto de ideas.

Cada uno de los términos es testigo del riguroso trabajo que hay detrás del documento. La dedicación experta de dos estudiosos de la Unión Europea ha hecho posible el resumen de la trayectoria, la política y el funcionamiento, propiamente dicho, dentro y fuera de las instituciones europeas. La ardua tarea se presenta sencilla y concisa de la mano de Mercedes Guinea Llorente y José Díaz Lafuente.

Aún así, a pesar del detalle y el rigor, no se ha hecho uso de inmasticables tecnicismos que dificulten la lectura, sino que, gracias a la capacidad comunicativa de los autores, la exposición es clara y perfectamente válida para su divulgación. Por supuesto, como cualquier informe, precisa de unos conocimientos elementales sobre la UE.

La estructura resolutiva ordena los “Diez Puntos” propuestos por Juncker en el inicio de la XIII legislatura de la Comisión Europea. El planteamiento de los objetivos, seguido del análisis de sus resultados, y concluyendo con recomendaciones para una implementación eficaz, no solo resuelve la capacidad de la Comisión de llevar a cabo su programa, sino que expone el funcionamiento interno de la Unión de manera detallada. No obstante, la rendición de cuentas sigue siendo el tema principal del libro.

La aparición de términos como factor federalizador, spitzenkandidaten o parlamentarización en un contexto definitorio, convierte este trabajo en un diccionario prácticamente académico. Algunos términos son definidos, dando la oportunidad al lector de hacer uso de ellos correctamente y de entender el propósito de quienes los incorporan a sus discursos y obras. Otros designan una realidad con el que ser referenciado. Existía una necesidad de hacer tangible una realidad tan abstracta.

La manifestación de cinco ideas supone una reflexión profunda y transversal sobre diversas cuestiones europeas. Empezando por el título, el cumplimiento de la Comisión con la ciudadanía se define a través de dos factores: la propia acción ejecutiva de la Comisión, que configura parte del Estado de Derecho de los ciudadanos europeos; y la novedad de que la Comisión se haya sometido al Parlamento en su elección y configuración. La politización de la Comisión es un avance democrático para la UE.

En segundo lugar, los autores destacan la incapacidad comunicativa de los logros y proyectos europeos. Sin embargo, la UE cuenta con defensores en los Estados miembros capaces de hacer llegar a los ciudadanos el mensaje de la Unión. Las diversas opiniones de expertos configuran un amplio espectro de visiones que ofrecen la posibilidad de adoptar varios enfoques a cualquier destinatario.

De manera implícita, como conclusión extraída del texto, aparece la idea de que la Comisión es la esencia de la esencia de la UE, ya que representa los valores e intereses comunitarios sin atender a las pretensiones nacionales. Su toma decisiones es valiente y eficaz. Muchas de las propuestas son bloqueadas por el Consejo en los procedimientos normales ejecutivos y de gobierno.

El Consejo de la Unión torpedea el normal desarrollo de las políticas comunitarias. Los autores apuntan, entre otros, el bloqueo de las decisiones del Consejo en materia de migración y asilo, y dentro del pilar social europeo. Es la representación de la clásica pugna entre el intergubernamentalismo y el comunitarismo; de los intereses nacionales frente los intereses de la Unión.

Si bien es cierto que la Comisión prioriza los objetivos de la Unión, el Consejo forma igualmente parte del sistema institucional comunitario, y por lo tanto no se puede prescindir de él al analizar la realidad europea. La combinación de ambos métodos conforma ese normal funcionamiento.

El Brexit es un ejemplo no solo para la Unión, al prescindir del principal obstáculo para el proceso de integración, sino para los estados miembros, que han visto en el colapso de Reino Unido las consecuencias de abandonar el proyecto europeo.

Futuro de la Unión es la última proclama. Encierra un mensaje claro, que en palabras de Giuseppe Mazzini resultaría de la siguiente manera: “Hemos creado Europa, ahora hay que crear europeos”. Las ingeniosas propuestas de los autores cierran el análisis de los logros de la Comisión y de los retos a los que se tendrá que enfrentar en la IX legislatura.