Las ventas minoristas de septiembre, uno de los principales indicadores empleados para el cálculo del PIB, crecieron un 0,7% respecto al mes anterior, más del doble de las previsiones del consenso de analistas. Pero, además, el departamento de Comercio de EEUU revisó al alza los datos de ventas de julio y agosto, lo que indica que el verano fue más dinámico de lo esperado.
Las proyecciones actuales del FMI indican que la economía estadounidense crecerá en 2023 tanto como en 2022, lo que significa que resiste con fortaleza la desaceleración global. Pero si los datos de final de año siguen sorprendiendo al alza, es posible que finalmente se esté produciendo una aceleración del crecimiento. Un escenario que contrasta con la desaceleración que vive Europa y la crisis en la que está inmersa China.
La gran pregunta que se hacen los expertos es: ¿cómo es posible que el consumo interno tenga…