Después de años de ser tolerada con una mezcla de apatía, cinismo y negación, la corrupción se ha convertido en la meta de una seria acción internacional. Donde una vez miraban hacia otro lado, ahora los organismos internacionales tratan de reprimir el chantaje y otras prácticas de corrupción. Estos crecientes esfuerzos se suman a un movimiento reformista cuyo éxito más significativo de reseñar es la convención de la OCDE de 1997.