Autor: Jared Diamond
Editorial: Debate
Fecha: 2016
Páginas: 189
Lugar: Barcelona

Complejidad de la sencillez

Jorge Tamames
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He aquí un libro que todos debiéramos leer. Cuanto antes, mejor. Me refiero a cuanto antes en la vida: si fuese una lectura obligada en bachillerato –en un país ficticio en el que la educación no es un campo de batalla–, mejor que mejor. Sociedades comparadas, de Jared Diamond, es una lectura amena y breve, pero proporciona claves esenciales para quienes deseen sacar un mínimo de sentido al mundo en que vivimos.

A lo largo de siete capítulos, Diamond entrelaza cuestiones complejas (la relación entre geografía, desarrollo e instituciones; el pasado y presente de China) con problemas urgentes (calentamiento global, desigualdad económica) y reflexiones mundanas (resbalarse en una ducha o ingerir demasiada sal es, aunque usted no lo sepa, más peligroso que el Estado Islámico). En palabras de Douglas Adams, Sociedades comparadas versa sobre la vida, el universo y todo lo demás. Un libro ecléctico, a imagen y semejanza de su autor.

Diamond es un híbrido de biólogo, antropólogo y ornitólogo. Sería más sencillo definir su trabajo en Sociedades comparadas por lo que no es. No es un estudio sesudo de la evolución de diferentes culturas y naciones, como el monumental Armas, Gérmenes y Acero (1997); tampoco es un estudio de su devenir en un mundo con recursos naturales limitados, como Colapso (2005). Pero sí es, entre otras cosas, una introducción muy accesible a ambos. El libro se lee en una tarde, pero expone las líneas maestras del pensamiento de Diamond. Es, además, una reivindicación excelente de las Ciencias Sociales, hoy tan volcadas en un fetichismo estéril de los números.

Diamond disfruta explicando las diferencias entre ciencias duras y blandas: como los humanos no somos ratas de laboratorio ni compuestos químicos, someternos a experimentos controlados no es una buena idea. Salvo casos excepcionales –como las dos Alemanias o las dos Coreas–, para contrastar las grandezas y miserias de diferentes sociedades no nos queda más remedio que observar cuidadosamente, intentando separar el grano del trigo. Grano y trigo son, precisamente, elementos clave en el análisis de Diamond.

Para explicar el desarrollo desigual de diferentes sociedades, el autor presta especial atención a factores geográficos: desde la aridez de los suelos a la abundancia de cereales, pasando por la domesticación de plantas y animales y la orientación de los ejes continentales. En este sentido, Sociedades comparadas proporciona una colleja indirecta a Daron Acemoglu y James Robinson, autores de Por qué fracasan los países. Acemoglu y Robinson sostienen que el desarrollo de instituciones inclusivas es el principal motivo por el que algunas sociedades adelantan a otras. Diamond no les contradice, pero les critica por confundir causas con efectos: “las propias instituciones son producto de la geografía, de una larga historia y de “accidentes históricos.” “Para abordar este asunto haría falta un capítulo tan largo como un discurso de Fidel Castro”, explica Diamond al principio de un capítulo tan corto como ambicioso. “Sin embargo, me limitaré a realizar una introducción, omitiendo muchos detalles.”

La advertencia podría aplicarse al conjunto del libro, que dejará hambrientos a quienes busquen al Diamond más ambicioso y rompedor. Algunas secciones son simplistas a fuerza de apresuradas. Pero el libro es una reflexión introductoria a la obra de Diamond, concebido para informar a un público más generalista. En este sentido, Sociedades comparadas cumple su propósito con creces.