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Comercio es negociación

Carta a los lectores
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La ronda del Desarrollo tiene los días contados. Si se llega a un acuerdo antes de principios de 2007, la ronda de Doha habrá sido un éxito. Los países en vías de desarrollo tendrán acceso a una mayor parte del beneficio que genera el comercio mundial. Según reconocen unos y otros: les pertenece. Si no se logra el consenso de los 149 miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), un aplazamiento quizá podría impedir que el buscado reparto equitativo termine en fracaso, pero la credibilidad de la OMC quedaría inevitablemente tocada.

La agenda es amplia, ambiciosa, y debe ser aprobada como un todo. La dificultad es evidente. El modo de llegar a una solución, ya se sabe, solo se puede alcanzar negociando. ¿Cómo si no? El comercio está tan ligado al entendimiento que la Real Academia de la Lengua Española lo define así: “negociación que se hace comprando y vendiendo o permutando géneros o mercancías”. Es la única solución para cualquier conflicto de intereses, si se quiere evitar la imposición. Sin negociación no hay comercio y sin comercio no hay negocio. Llegar a un acuerdo interesa a todos.

El problema reside en que hay que tratar no solo con los de fuera sino también con los de dentro de las fronteras. Si no me explicas bien qué es lo que ganamos con la cesión, no hay trato.

El sistema económico mundial aún no ha conseguido encontrar la fórmula de evitar que haya algunas víctimas, a las que se les oye y con razón. ¿Quién se quedaría callado sin recibir una explicación? Además, ésta existe: en términos generales se defiende que se gana más de lo que se pierde. El balance es positivo. Es necesario encontrar la forma de que esa ganancia neta sirva también para compensar a los perjudicados…

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