El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, ha considerado el anuncio del presidente Duque de que Colombia otorgará protección legal durante 10 años a 1,7 millones de inmigrantes y refugiados venezolanos como “el mayor gesto humanitario” que ha presenciado el mundo desde la declaración de Cartagena [sobre refugiados] de 1984. Entre otras razones, porque hará que, al menos, un tercio de los desplazados en la región puedan acceder formalmente a trabajo y servicios públicos.
En diciembre, el presidente colombiano dijo que los indocumentados –entonces unos 966.000– serían excluidos de las vacunaciones que comenzarán a finales de febrero. La decisión habría dejado fuera a casi la mitad de los venezolanos, un 58% hombres y mujeres de entre 18 y 39 años. La gran mayoría ha sido golpeada por la pandemia, la pérdida de empleos y la xenofobia, ante el temor de los colombianos a que fueran un vector de contagio del virus por la precariedad de sus condiciones de vida.
Ahora, el proceso de regularización va a permitir al gobierno identificarlos y conocer su situación económica para dirigirles ayudas y facilitarles el acceso al trabajo formal, la educación y la sanidad. Grandi espera que Colombia siente un…