AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 55

Ciudades y terrorismo

Diego Muro
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Los planes estratégicos para contrarrestar y prevenir el extremismo violento en el ámbito local deben desarrollarse en las ciudades donde toma forma el extremismo internacional.

Los atentados terroristas en Madrid (2004), Londres (2005), Oslo (2011), París (2015), Bruselas (2016), Niza (2016), Berlín (2016), Manchester (2017) o Barcelona (2017) –por citar solo algunos– han demostrado el daño que el extremismo violento puede causar a la cohesión de las sociedades europeas. Además de la división entre comunidades, estos ataques mortíferos han causado muertes, heridas, estrés emocional y costes económicos a los Estados europeos, sin mencionar la pérdida de confianza pública en las autoridades.

Tras el atentado del 17 de agosto de 2017 en Barcelona, los especialistas han debatido sobre la eficacia de las fuerzas de seguridad y los problemas de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. Desde el nivel local hasta el regional e incluso nacional, los altos funcionarios se preguntan cómo llegan estos individuos a radicalizarse hasta el extremismo violento o si se podrían haber evitado los ataques.

Con el tiempo, los ciudadanos recibirán información más detallada sobre la red que organizó los atentados del 17 de agosto y sobre si los protocolos y mecanismos establecidos funcionaron como debían. Habrá que hacer un balance social y de seguridad una vez que se publique toda la información sobre los ataques, reivindicados por Daesh. Es probable que el aspecto local de los atentados se convierta en un elemento clave a la hora de revisar la política oficial. Los miembros de la célula terrorista se radicalizaron en su ciudad natal, Ripoll, y llevaron a cabo sus ataques en Barcelona y Cambrils, donde mataron a 16 civiles inocentes e hirieron a más de 100.

Este artículo se divide en tres secciones. La primera aborda brevemente el estudio convencional de la radicalización, un término utilizado…

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