El mal uso de la biología sintética y otras tecnologías científicas pioneras representa una amenaza mundial multidimensional que exige una respuesta internacional coordinada. La lucha contra el bioterrorismo, sin embargo, no debe suponer un freno para los avances científicos.
Las continuas investigaciones y descubrimientos de las ciencias de la vida –los últimos y más prometedores, relacionados con la biología sintética– han traído consigo avances que beneficiarán a la sociedad. Pero delincuentes y terroristas podrían manipular dichos avances para atentar contra la seguridad pública y nacional. Desde su fundación en 1923, Interpol ha aprendido que la forma más efectiva de seguir el ritmo de un mundo en cambio constante es aplicar las leyes y consultar a los expertos de los 190 países miembros. Las soluciones eficaces a los nuevos problemas de la seguridad mundial exigen un intercambio de datos e información confidencial. A medida que han evolucionado los métodos empleados por los delincuentes, también lo ha hecho la capacidad de Interpol para utilizar nuevas estrategias y ofrecer ayuda para detenerlos.
A fin de reducir los riesgos relacionados con el posible mal uso de los descubrimientos científicos, los investigadores y responsables políticos de los gobiernos nacionales y las entidades internacionales responsables de supervisar dicha investigación tienen que comprender de qué modo podrían utilizar los delincuentes estas nuevas tecnologías. Gracias a las innovaciones en el campo de la biología sintética, los científicos pueden ahora diseñar y crear mediante ingeniería nuevas piezas, dispositivos y sistemas biológicos, y rediseñar los existentes para otros propósitos. Pero siempre existe la posibilidad de que una persona malintencionada pueda apropiarse de esas mismas innovaciones, que no conllevan un peligro inherente, y usarlas para causar daños. En respuesta a ello, Interpol ha desarrollado estrategias para contribuir a la aplicación de las leyes y ayudar a los expertos de las comunidades sanitaria y…